Dias del convento

Entre10-13 de octubre de 2012 se celebró en el convento de Cristo en Tomar (Portugal) un encuentro internacional dedicado a los castillos de ordenes militares. Tuve el privilegio de encontrarme en este evento -de una exquisita organización y atención a los participantes- en el nutrido grupo de personas que exponían sus ponencias y comunicaciones relacionadas con el tema.

Aunque conocía este convento a través de la historia de arquitectura, fue ésta la primera vez que lo visite; como tantas veces anteriormente, se me confirmó el hecho de que para comprender la arquitectura – moderna o histórica- es necesario sentir su presencia. Esta vez las impresiones y emociones que me trasmitió el monumento fueron increíblemente positivas y enriquecedoras.

El convento, situado en una loma que domina la cuidad, es un conjunto monumental compuesto de numerosas edificaciones y patios, rodeado de murallas y construido a lo largo de muchos siglos. Aunque todos sus espacios, tanto construidos como libres, se complementan y entrelazan mutuamente en un marco equilibrado, hay dos arquitecturas que cortan la respiración: la primera es la octogonal iglesia charola, elevada en el siglo XII como oratorio de los Templarios e inspirada en el Santo Sepulcro de Jerusalén; la otra es el patio principal, construido en la segunda mitad del s. XVI, según las reglas establecidas por el Vignola, arquitecto del manierismo italiano.

Personalmente puedo asegurar que la armonía del ambiente construido del convento lo subrayan sus pavimentos de empedrado secular. Aunque no especialmente cómodos, son inseparables del entorno y hermosos por las huellas humanas impresas aquí; entre tanta belleza creada por los hombres del pasado, el paseo por estas piedras es una vivencia que simplemente eleva el espíritu.

La equilibrada convivencia de los distintos estilos arquitectónicos hace también reflexionar – como sombras que aparecen en el subconsciente- sobre la mayoría de intervenciones actuales en los monumentos. Es evidente que no se puede seguir construyendo en piedra y con mortero de cal: los materiales y las técnicas constructivas evolucionan, pero ¡hay actualmente tantos campos de construcción donde diseñar y utilizarlos! ¿Porqué, entonces, en la restauración se emplean hierro corten, acero inoxidable y otros? Son los materiales y las técnicas tradicionales, su conocimiento y su aplicación la herramienta que nos ayuda a salvaguardar el sabor del pasado, la autenticidad del monumento y sentirnos bien en un espacio histórico reconstruido. Sí que es verdad, que en su momento las reformas o las nuevas edificaciones aquí en el convento, como en otros lugares, fueron rompedoras con el pasado. No obstante los constructores respetaron siempre determinados cánones, conocían los materiales a utilizar, insuflaban a las piedras inertes el espíritu y sentimiento humanos, y así este rompimiento es solo aparente, existe una sutil continuidad. Bueno, tampoco siempre les fue bien a los arquitectos, como muestra el coloso del convento de Mafra, también en Portugal, pero en este caso quizá prevaleció el poder y las ganas de gloria eterna del rey de turno sobre la sensatez del arquitecto.

En mi opinión, el diseño de la arquitectura actual y la restauración del patrimonio inmueble son dos campos de actuación diferentes y por eso, a la hora de trabajar, tanto los arquitectos como los promotores deberían tenerlo en cuenta.