Hasta donde alcanza mi memoria me gustaban y atraían viejos castillos y por extensión murallas y fortificaciones. Así, comencé a estudiar la arquitectura ya con la idea de dedicarme a su restauración. Cuando por fin me pude dedicar a la restauración, que para mí más bien es una pasión, me tocaron estudiar edificios de distinta índole, todos muy interesantes. No obstante siguieron atrayéndome los destinados a la defensa y ataque, unas acciones en las que el hombre siempre empleaba al máximo su ingenio creativo: es lo que me subyuga. Entre los momentos más bonitos de mi vida destacan los que, sentada delante de unas ruinas me imagino –igual que mi padre-, como seria el edificio en su momento de esplendor; me invaden ganas de transformarme en el edificio y saber como era hace siglos cuando estaba habitado y en uso.
Una gran oportunidad para sumergirme en las murallas y fortificaciones fue el encargo de Generalitat de Cataluña en el año 2010 para elaborar el Plan director de las murallas de Tortosa. ¡Que grandeza de conjunto y cuantas incógnitas para investigar! En enero 2011 leí en la página Web del Instituto de Historia y Cultura Militar (Ministerio de Defensa), que en septiembre y octubre se organiza un curso de fortificación y poliorcética. No me lo pensé ni una sola vez para apuntarme, porque siempre es bueno profundizar en el conocimiento; además, en mi saber sobre la restauración me faltaba el punto de vista de los ingenieros militares y su visión sobre la arquitectura militar histórica. También tenía algunas incógnitas para resolver en el conjunto de Tortosa.
El curso se daba por las tardes, así que todas las mañanas me pude dedicar a investigar en el Archivo General Militar y en la biblioteca, ambos en el Instituto y muy bien atendidos. Puedo asegurar que después del curso –excursiones incluidas- y mis investigaciones se me aclararon muchos aspectos relacionados con el tema en cuestión y pude entender como eran en el pasado diversos elementos construidos, actualmente mutilados o en estado de ruina, tanto a nivel de fortificación de Tortosa como en general.
Por cierto, en la excursión a museo militar ubicado en el Alcázar de Toledo me impresiono la sala con colección de bombardas que es única de su género. Al entran, en seguida me vino a la mente la frase de franciscano F. Eiximenis referida a la bombarda y escrita en su Dotzè de Lo Crestià: ”… fa molt de soroll i espanta la gent…”. (hace mucho ruido y espanta la gente), es que no es para menos.
Plano del fortín de Tenassas (Tortosa) con la instalación de un pararrayo (IHCM). Firmado en el año 1903 por el ingeniero militar
Francecs Macià, futuro presidente de la Generalitat de Cataluña. Es uno de los planos que encontré y fue éste que me aclaró como funcionaba un pararrayo, obligado a poner en los polvorines a partir del año 1878. Actualmente en Tenassas existe solo la base de sillares y la tapa de toma de tierra.
En fin, para los que se dedican a la restauración de arquitectura militar, el curso y las dependencias de IHCM son, según mi experiencia, recomendables.